Hace tres años, cuando
nació el proyecto deportivo de nuestro colegio, formando parte de la Red de
Centros PAFD (Promotores de la Actividad Física y Deportiva) junto con los
coles de Jerte, Navaconcejo y Tornavacas, constatamos que una de las
principales necesidades era aumentar el número de niñas y adolescentes que practican
deporte.
Para ello, tenemos clara la necesidad de que exista una oferta
deportiva dirigida a este colectivo, pero tambien debemos tener en cuenta que
uno de los factores más influyentes para realizar cualquier actividad, y el
deporte en particular, es la existencia de modelos, y sobre todo modelos
familiares. Lo queramos o no, nuestros hijos nos imitan
y hacen suyos “tanto los buenos como los
malos hábitos”.
Tradicionalmente el deporte ha sido
practicado en mayor medida por los hombres (el fútbol por encima de todo) Si
queremos que nuestras hijas/alumnas practiquen deporte en
mayor medida, es necesario que tengan modelos femeninos, es necesario que sus madres,
su principal modelo, practiquen deporte y den ejemplo.
Por este motivo, desde el departamento de Educación Física, lanzamos
una circular para poner en marcha una Escuela Deportiva de Madres. Cuando comenzamos un nuevo proyecto, siempre tenemos una cierta
incertidumbre, el “miedo” a lo desconocido. ¿Cuántas madres vendrán? ¿Les
gustará la idea? ¿...? Actualmente somos más de 20 (y creciendo) Estamos abiertos a la participación de más
mujeres, aunque no tengan hijos en el colegio.
Entre todas hemos decidido comenzar con el voleibol. ¿Por dónde
continuaremos? ¿Seguiremos con el volei, con el badminton, balonmano...? Ya lo iremos viendo.
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