La excursión a La Covatilla siempre es algo especial. Muchos nos enfrentamos a un medio desconocido. Sí, ya sé que hemos estado muchas veces en la nieve, pero esta vez es diferente. El sitio es nuevo y tenemos que desplazarnos con esquís, bastones, casco, botas raras y pesadas... Varios días antes de ir estamos nerviosos, y la noche anterior ni te cuento.
Lo mejor de esta excursión es que nos permite "medir" nuestro grado de autonomía. Algunos somos bastante autónomos, nos apañamos nosotros solos, sin ayuda. Otros no, necesitamos ayuda para todo: ponernos las botas, el casco, el forfait (alambre al que hay que pegar una pegatina para poder coger los remontes), los guantes... (Un par de preguntas para la reflexión de los que somos padres: ¿Hacemos "tontos" a nuestros hijos? ¿Les hacemos todas las cosas, impidiéndoles madurar?) La verdad es que no es fácil desplazarse con tantas cosas que pesan.
Con la experiencia vamos aprendiendo, y este año llevamos un rotulador permanente para apuntarnos el número de los esquís en la mano, para evitar perdidas de material. Creéis que sirvió para algo, pues no. Dejamos el material en cualquier parte, luego no nos acordamos de dónde está o algún despistado ha cogido nuestro casco y deja el suyo... menos mal que al final se solucionan todos los problemas.
Después de tener todo el material puesto vamos a la pista de principiantes y nos repartimos con los monitores de esquí. Durante dos horas estamos con ellos, aprendiendo las nociones básicas. Al finalizar las clases si nos ven poco sueltos, nos ponen una cruz en el forfait. Esto significa que sólo podemos coger un remonte hasta la mitad y bajar media pista. Si nos ven un poco más sueltos nos pone una raya y así podemos coger la cinta y la "huevera" para bajar toda la pista de principiantes. Es raro que alguno esquíe muy bien y le permitan subir en el telesilla.
Después de estar con los monitores vamos a comer por turnos (eramos más de 130 de todos los colegios que íbamos) y después de comer esquiábamos sin monitores, en compañía de los maestros y maestras. Algunos esquiamos mucho y bien, otros mucho y "regulín-regulán" y otros con dolor de pies, preferimos jugar con la nieve o descansar un rato. El caso es que la gran mayoría nos lo pasamos fenomenal (hasta en el autobús).
Aquí tenéis algunas fotos, aunque algunas han salido desenfocadas.
El próximo año volveremos y lo haremos mucho mejor.
No os perdáis este fabuloso video obra de Felix, maestro de Navaconcejo.
Pincha aquí: video Covatilla
Lo mejor de esta excursión es que nos permite "medir" nuestro grado de autonomía. Algunos somos bastante autónomos, nos apañamos nosotros solos, sin ayuda. Otros no, necesitamos ayuda para todo: ponernos las botas, el casco, el forfait (alambre al que hay que pegar una pegatina para poder coger los remontes), los guantes... (Un par de preguntas para la reflexión de los que somos padres: ¿Hacemos "tontos" a nuestros hijos? ¿Les hacemos todas las cosas, impidiéndoles madurar?) La verdad es que no es fácil desplazarse con tantas cosas que pesan.
Con la experiencia vamos aprendiendo, y este año llevamos un rotulador permanente para apuntarnos el número de los esquís en la mano, para evitar perdidas de material. Creéis que sirvió para algo, pues no. Dejamos el material en cualquier parte, luego no nos acordamos de dónde está o algún despistado ha cogido nuestro casco y deja el suyo... menos mal que al final se solucionan todos los problemas.
Después de tener todo el material puesto vamos a la pista de principiantes y nos repartimos con los monitores de esquí. Durante dos horas estamos con ellos, aprendiendo las nociones básicas. Al finalizar las clases si nos ven poco sueltos, nos ponen una cruz en el forfait. Esto significa que sólo podemos coger un remonte hasta la mitad y bajar media pista. Si nos ven un poco más sueltos nos pone una raya y así podemos coger la cinta y la "huevera" para bajar toda la pista de principiantes. Es raro que alguno esquíe muy bien y le permitan subir en el telesilla.
Después de estar con los monitores vamos a comer por turnos (eramos más de 130 de todos los colegios que íbamos) y después de comer esquiábamos sin monitores, en compañía de los maestros y maestras. Algunos esquiamos mucho y bien, otros mucho y "regulín-regulán" y otros con dolor de pies, preferimos jugar con la nieve o descansar un rato. El caso es que la gran mayoría nos lo pasamos fenomenal (hasta en el autobús).
Aquí tenéis algunas fotos, aunque algunas han salido desenfocadas.
El próximo año volveremos y lo haremos mucho mejor.
No os perdáis este fabuloso video obra de Felix, maestro de Navaconcejo.
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